Leyendas, mitos y misterios de Canarias

Las leyendas canarias, y todos los misterios del archipiélago, han estado siempre presentes en la cultura isleña. De hecho, el archipiélago ha sido durante toda su historia centro de atención de numerosos cuentos, algunos de los cuales todavía perviven.

 

Estos han ido pasando de generación en generación, basadas en creencias, fenómenos inexplicables para algunos y fuente de imaginación en otros casos. En este artículo haremos un repaso de las más populares.

 

5 mitos y leyendas canarias

De entre todas estas leyendas, hay algunas que poca gente conoce. Por ello, te animamos a conocer un poco más acerca de una parte desconocida de la cultura canaria.

1. El amor de Gara y Jonay (La Gomera)

 

Dentro del Parque Nacional de Garajonay se respira la emoción de la historia de Gara y Jonay, los amantes aborígenes que terminaron por quitarse la vida juntos, porque su amor no era bien visto por los miembros de sus tribus, diferentes y enfrentadas.

 

Él, Jonay, hijo del mencey de Adeje, procedía de Tenerife, la isla del fuego. Dice la leyenda que llegó nadando, algo que es fácil comprender cuando desde La Gomera se ve tan cerca el pico del Teide.

 

Ella, Gara, princesa de Agulo, princesa del agua, vivía en La Gomera y parece que ya conocía su destino. Lo había visto reflejado en el manantial de Los Chorros de Epina, compuesto por siete caños.

 

Hasta allí acudían los hombres y mujeres para encontrar la respuesta de su destino o beber y tener suerte en el amor. “Bebe agua de la fuente par si eres hombre, de la impar si eres mujer… y de la de los hombres si quieres ser bruja” dice el panel informativo actual.

 

Pero Gara y Jonay no tuvieron suerte. Se enamoraron a primera vista y, tras huir de sus parientes cuando quisieron separarlos, se suicidaron con una afilada vara de cedro, en lo alto de La Gomera.

2. La maldición de Laurinaga (Fuerteventura)

Fuente: https://pxhere.com/es/photo/727161

El Señor de Fuerteventura, Pedro Fernández de Saavedra, tuvo un hijo con Laurinaga, una joven aborigen a la que sedujo. No obstante, terminó casándose con otra mujer “de buena cuna”, con la que tuvo varios hijos.

 

Uno de ellos intentó violar a una aborigen. Un campesino, que vio la terrible escena, intentó salvar la vida de la joven. Pero Don Pedro, que estaba cerca de cacería fue a defender a su hijo y acabó matando al agricultor. Al poco, apareció una aborigen anciana, madre del joven asesinado.

 

Esta le reveló a Don Pedro que era Laurinaga y que el chico asesinado era su hijo, por lo que lanzó una maldición sobre la isla, que desde ese momento se hizo desértica. Es, sin duda, una de las leyendas canarias menos conocidas.

3. El Diablo de Timanfaya (Lanzarote)

Dice la leyenda que el 1 de septiembre de 1730 en el pueblo de Timanfaya se estaba celebrando una boda entre el hijo de una de las personas más ricas de Lanzarote y una joven cuya familia cultiva plantas curativas.

 

En medio de la celebración se produjo una fuerte explosión volcánica que movió la tierra y comenzó a llover rocas y lava que arrasaban todo a su paso. Los invitados y la gente del pueblo buscaron refugio, pero la desgracia se desató sobre la joven pareja.

 

Así, una enorme roca aplastó a la novia dejándola sepultada. El novio, al presenciar esta escena, cogió una forja de 5 puntas para intentar mover aquella gran piedra y salvarla. Pero cuando finalmente lo logró comprobó que su amada había fallecido.

 

Entre su desesperación y el sentimiento de desolación tomó el cuerpo de su esposa sin soltar la forja y comenzó a correr por el valle buscando refugio que, lógicamente, ya no pudo encontrar.

 

A pesar del humo y las cenizas, los testigos pudieron distinguir al joven iluminado por la luna, que levantó la forja con sus brazos y los lugareños suspiraron de tristeza “pobre diablo”. Después, su imagen desapareció en el ardiente terreno de Lanzarote.

4. El grito de Ferinto (El Hierro)

Otra de las leyendas canarias cuenta que, al llegar el conquistador Jean de Béthencourt a El Hierro, habitaba en dicha isla Ferinto. Este bimbache era todo un quebradero de cabeza para los invasores, puesto que era muy escurridizo y ágil.

 

Sin embargo, este fue traicionado por uno de los suyos, que reveló su paradero a los europeos, que fueron a por él rápidamente. Ferinto huyó a toda velocidad, pero su camino se cortó por un barranco profundo.

 

Ante esta situación, cogió carrerilla y corrió lo más rápido que pudo y consiguió saltar hacia la otra ladera del barranco. No obstante, más adelante fue rodeado y, ya sin esperanza, prefirió lanzarse al vacío con un sonoro grito antes que ser capturado como un esclavo.

5. El salto del enamorado (La Palma)

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Antiguamente vivía en el norte de La Palma un osado y valiente pastor que quedó prendado de una hermosa muchacha que ignoraba sus pretensiones hacia ella. Sea como fuere, él continuó el cortejo sin mucho éxito.

 

Ante tanta insistencia, la joven le dijo que si quería que se casara con ella tenía que acercarse a un precipicio y dar tres vueltas sobre el vacío mientras se apoyaba en una larga lanza.

 

Así, la primera vez el chico saltó con éxito gritando “en el nombre de Dios”. En la segunda ocasión, también llegó al otro lado gritando “en el nombre de la Virgen”. Finalmente, en el tercer salto gritó “en el nombre de mi dama”, con tan mala suerte que cayó al vacío y murió.

 

Lamentablemente, su cuerpo jamás pudo ser encontrado y la chica, a causa de dicha tragedia, perdió la cordura, lloró por él todos los días que le restaron de vida y cada vez que pasaba un féretro corría a comprobar si era él.

 

Como habrás visto, las leyendas canarias tienen que ver con la especial naturaleza del archipiélago, que ha propiciado que sean aptas para generar mitos y misterios. Y es que todo en estas islas parece estar bajo los efectos de lo sobrenatural: sus pobladores, su orografía, su vegetación o incluso su fauna.

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